Ares, con sabor marinero

Uno de los puntos con enorme atractivo dentro de la zona es Ares.
Hablar de Ares es hablar de una población marinera y de un pueblo de pescadores. Hasta hace cuatro días Ares era una pequeña localidad ribereña con una magnífica playa pero desde siempre ha tenido el alma embriagada de mar.
Ya desde antes de ser ocupada por los celtas el mar la envolvía, la acariciaba y la castigaba. Ares sigue viviendo del mar, hacia el mar y contra el mar. Todavía muchos aresanos se dedican a la pesca, si bien hoy por hoy la necesidad de potentes técnicas extractivas para abastecer los mercados hace que en conjunto la dedicación puntual de los lugareños a estas labores resulte poco significativa. Se han desarrollado otro tipo de actividades comerciales, fundamentalmente relacionadas con el turismo, ya que Ares atrae muchos visitantes durante todo el año, pero de manera especial en verano.
La excursión desde Pontedeume supone un total de 24/28 kilómetros según el trazado que elijamos. Después de cruzar el puente sobre el Eume, se asciende por la N-651. A 1,7 kilómetros se gira en el semáforo a la izquierda para tomar la AC-122. A 2,7 kilómetros un indicador a la izquierda señala "Ares 5" por la AC-124. Es más interesante continuar de frente por la AC-122 hasta llegar al cruce con la VG-1.2
Al llegar podemos continuar a la izquierda por ésta en dirección a Ares, pero hay menos tráfico y es mucho más atractiva la pequeña carretera que atravesando el pueblecito de Lodairo nos lleva hasta Seselle, a escasos 2 kilómetros de Ares.
Una embarcación pesquera en la rotonda de entrada a la población, remarca el carácter y la acusada personalidad marinera de la localidad.
Se sabe que en la zona se ubicaron poblados celtas y también los romanos estuvieron asentados en la comarca pero sigue habiendo dudas de la etimología. Parece fácil pensar que Ares corresponda al dios de la guerra en la mitología griega, al dios Marte de los romanos, pero muchos historiadores están convencidos de que proviene de la raíz céltica Ar o Aru, que significa dios y que en Galicia dio lugar a muchos topónimos como Areosa, Arosa, Ares.

A principios del siglo pasado, muchos aresanos emigraron, principalmente a Cuba, en busca de nuevos horizontes. Algunos hicieron fortuna en "las américas" y decidieron enviar dinero a su pueblo, para fundar la Alianza Aresana de Instrucción, una institución decana en Galicia, creada para favorecer la formación de los jóvenes aresanos.
A su regreso, los emigrantes adinerados empezaron a edificar en su localidad natal y así surgieron las llamadas casas de indianos, para dejar pública constancia del éxito económico que para ellos había supuesto la emigración. Además, invirtieron parte de sus fortunas en construir colegios y centros culturales de gran importancia arquitéctonica y cultural.

Sus calles siguen teniendo el encanto de antaño, mantiene buena parte de su urbanismo original y las casas, que son las típicas de los pueblos costeros gallegos, han sido mayoritariamente remodeladas respetando las formas de la estructura tradicional.

Hoy, el turismo forma parte importante de las señas de identidad de la villa y el moderno club náutico le ha proporcionado un nuevo aire a la población.
 
Aunque sin la belleza de otras iglesias de la época, la de San José es uno de los monumentos más conocidos y más queridos de la localidad. Punto de confluencia de muchos eventos locales, consta de tres naves y varias capillas. Fue edificada en 1721. El edificio fue remodelado a principios del siglo XX. En el lateral izquierdo se le añadió una torre campanario muy sencilla.
Recientemente se ha rehabilitado y hecho accesible A Xunqueira, un gran humedal natural de 12.000 metros cuadrados en la desembocadura de este río, con una senda peatonal de madera sobre pilotes y varios puntos para la observación de aves. A Xunqueira está incluída en el Inventario de Humedales de Galicia. Un espacio natural interesante con gran riqueza de flora y fauna recuperado para el esparcimiento, el ocio y el uso público.

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